Mi querida alma!
Hay dos formas de vida consciente: autoconsciente y autoinconsciente.
Alma mía decirte que el yoga comienza con la autoconciencia y termina con la autoinmersión. Debo ser consciente de mí misma y nada de lo que proviene del exterior, este es el camino y estar libre de sí misma es el destino. Llenarse de conciencia hacia uno misma es práctica espiritual y al final solo queda la conciencia, que no entiende de él o ella.
Mi querida alma por que los que no se conocen a sí mismos, son ignorantes; y porqué los que se atascan en sí mismos, también se quedan atrás.
Solo se me ocurre un ejemplo de cuando subía la escalera de la escuelita; si alguien se detiene en la escalera para tomar una clase después de subirla, la subida se vuelve inútil. Hoy entiendo que uno tiene que subir la escalera y también tiene que dejarla. Entendí que el camino para ver el alma puede ser conducir al destino, si existe la voluntad de abandonar el camino. Y el camino mismo se convertirá en un obstáculo para el destino, si existe la necesidad de aferrarse a él, también eso será perder el camino.
Entiendo alma que ser consciente del yo es útil para la inmersión del yo. Pero si el yo es atrapado, entonces el que es el aliado se convierte en el estorbo. Es quizás lo más importante, entender que hay que estar despierta sin expectativa y sin deseo para que salga de lo que obstaculiza. Que difícil alma mía no tener obstáculo para nuestro ego.
También decirte de esa busqueda de Dios que solo sirve para no quedarse sin Dios. Porque en ese estado hay un pensamiento, de lo correcto para no salirse de él, pero, quizá alma mía esto sea como aprender a andar cuando lo conoces da igual lo que hagas porque siempre se sabe andar.
*Reflexión de la reflexión:
En la personalidad profunda del humano el yo es la prisión; Está lleno de grandes poderes, se ahogan grandes tesoros, pero es una prisión. Más allá de eso está la vasta extensión, donde hay libertad, donde hay liberación.
Mi amada alma el día en que sea consciente de mi propia riqueza, de mi propia felicidad, de todo mi poder, existe el peligro de que olvide que este yo es un pedazo de tierra muy pequeño, y que es parte de un infinito. Es como si alguien hubiera llenado agua en una vasija de barro y la hubiera dejado en el océano. Dentro de esa vasija de barro está el agua del océano. ¡Pero cómo se compara con el océano exterior, el océano que está fuera de esa vasija de barro!
Amada alma yo sé que el yoga tiene formas en las que incluso ese último salto puede lograrse. Solo hoy entendí que: Si todo soy yo, entonces no queda ningún tú.
Con amor Maheshwari